Sucede que de pronto un día, alguien se cruza en la vida -nadie lo hace por azar -y algo sucede en el interior. Hay un baile fugaz y muy intenso de sensaciones que van y vienen en aparente caos.
Al principio quizás curiosidad,
atracción, posiblemente todo ha surgido de un momento “mágico” difícilmente
predecible un instante antes. Quizás se produce un flash en la consciencia y la
atención, hasta entonces dispersa en mil estímulos, centra su esfuerzo en
reconocer y conocer ese foco de cambio interior.
Curiosidad, atracción y se busca
la cercanía, se rompen distancias, barreras y vienen nervios, paz, ansiedad,
alegría, coincidencias, divergencias, esperas, todo el cumulo de
contradicciones que hay entre un cielo y un infierno. Sazón y desazón de un
guiso al que en el siguiente instante se añaden pensamientos que difícilmente
después serán diferenciables.
Es hermosa, bonita, generosa,
valiente, cada uno añade a su guiso lo que ve y más concretamente lo que le
apetece, - lo que tiene - en muchos
casos una mezcla, “lo que le apetece ver” y va construyendo hermosos
sentimientos forjados de la unión de las emociones que le invadieron y los
pensamientos que añadió, en este punto ya será difícil separar, todo serán
ya sentimientos o al menos lo parecerán.
En la calidad de los ingredientes estará la calidad del
guiso.
Pero esto venia a otra cosa,
añadimos los pensamientos y tenemos hermosos sentimientos, tenemos mucho mas,
esa atención centrada, esa toma de consciencia de las emociones va forjando
algo aun más poderoso, va engranando ilusiones – como suceso alegre, positivo,
que aun no es real aunque el deseo es que lo sea – o sueños de ser y estar con
el mismo clima de las ilusiones. Va
construyendo sentimientos de posibilidad, la posibilidad de estar juntos, de
ser tú y yo, la de que suceda lo que hasta ahora no ha sucedido, no porque no
hayamos soñado nunca sino porque nunca soñamos así. En realidad nunca fuimos quien somos ahora y eso hace
una gran diferencia con ayer.
Quizás esas posibilidades se
construyan como tal y los tiempos se fundan en un ser y estar juntos y quizás
esos aliados que forjaron el encuentro permanezcan alertas aportando calor a
ese clima, las emociones sigan pulsando nuestro cuerpo y los pensamientos
elevándolas a la categoría de ilusiones, de sueños y verdaderamente se viva el
tiempo soñado.
Quizás la consciencia nos ayude a
entender que los tiempos de sueños, la magia, se construye día a día con los
mismos ingredientes con los que se hizo posible el encuentro, siempre que sumen
en la misma dirección, la de nuestro sueño de amor.
Con ojos de amor 2009
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