A pesar de lo
inadecuando que algunas relaciones parecen ser, son muy adecuadas en ese
preciso momento. Y la prueba de que realmente lo son es precisamente que tienen
lugar. Punto. Un hecho nunca es
inadecuado, es simplemente un hecho, solo la percepción puede ser inadecuada.
Hace mucho que deje de discutir con la realidad por la razón de que ya me canse
de sufrir.
Lo siguiente
que percibí es que todo lo que parece ocurrirme a mí tiene que ver conmigo; por eso digo que
ocurre para mí. Pensar que no tengo ninguna responsabilidad en lo que se
convierten mis relaciones es un autentico engaño.
Aprendí que las mayores
lecciones están en el comportamiento de nuestros semejantes. Sus actos son un
espejo en donde apreciar nuestros rasgos que fingimos no reconocer en nosotros
mismos.
La casualidad opera
mediante el efecto “Sincronicidad”. Una sincronicidad no se fuerza, es
impredecible, es simbólica y debe interpretarse, y suele ocurrir en un momento
significativo. Lo más importante es que
relaciona un suceso externo con un estado interno, eso le da sentido.
Aprendí a distinguir
entre las simples coincidencias y las sincronicidades planteándome ciertas
preguntas: la primera ¿cual era la situación antes de que ocurriera?; la
segunda, ¿que me sugiere en ese momento y situación?; la tercera ¿que puede
enseñarme?, La oportunidad de mudarme al apartamento de Javier sucedió cuando
debía.
Muchas relaciones de
pareja empiezan gracias a acontecimientos sincrónicos: un cúmulo de
coincidencias disparatadas: aunque parezcan una casualidad, el amor es una fuerza demasiado inteligente
como para regirse por el azar.
El encuentro con Jodie
estuvo rodeado de sucesos sincrónicos y esa conspiración del amor hizo posible
lo que nosotros, por nuestros propios medios, nunca habríamos conseguido
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