Muchas relaciones se
orientan hacia la búsqueda de alguien especial, alguien que sea capaz de hacer
que uno mismo se sienta especial, sin caer en la cuenta de que establecen una
barrera al amor.
Lo que es diferente merece ser o bien defendido o
bien atacado, según el ego lo interprete como querible o no. Esa es una grave
fuente de sufrimiento en las relaciones en particular y en el mundo en general.
Creerse más, o menos, que los demás, es sin duda una profunda falta de amor.
El concepto de
especialidad” es una mala interpretación del mundo, pues sabemos que la
separación es una ilusión. Las personas especiales o perfectas son una
idealización de la mente separada. Eso no significa que alguien no pueda ser
ideal para el otro, pero en ningún modo deja de ser lo que es: un hombre o una
mujer. Y nada más que eso.
Si el ego solo ve un
cuerpo y solo ve su doloroso pasado. Como el ego es incapaz de ver al otro, lo
inventa, lo moldea a su semejanza o capricho. Lo idealiza con la vana esperanza
de huir de la realidad. Lo suplanta con su fantasía del amor que no es tal.
Cuando conocí a Jodie,
pensé que ella era una mujer especial. En realidad, esa afirmación implicaba
dos autenticas fantasías: la de que yo no lo era y la de que ella podía darme
algo que yo no tenía. Por aquel entonces, mi ego gobernaba mi vida, y este tipo
de valoraciones eran frecuentes. Solía pensar que algo o alguien poseía la
llave de mi felicidad Y entonces, yo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa
por conseguirla.
Me llevo un gran
trabajo interior dejar de ponerme o bien por debajo o bien por encima de las
personas que llegaban a mi vida. En cuanto deje de hacerlo, estuve listo para
una relación entre iguales, no entre ego y ego, como había estado haciendo
durante toda mi vida antes de Jodie.
buena lección aprendió¡¡ bss
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