Amar a un ser humano es también atreverte a
establecer tus propios limites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti
mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus derechos
personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a
que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin
ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda sin
intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo
con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar
los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos
divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía,
de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos.
Humbeto Maturana
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