LA PRINCESA BUSCA MARIDO (Jorge Bucay)
Había una vez una princesa, que
quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo
cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de
estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni
un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona
real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores
se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se
terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue.
Habían empezado el primero de
enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó
un joven.Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que
ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa
desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando
pacientemente que pasaran los 365 días.
La princesa que había despreciado
a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando,
que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había
pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le
había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se
había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey:
- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que
por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.
El rey se había puesto contento y
comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber
al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran
los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él.
Todo estaba preparado, el pueblo
estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31
de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días
allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a
su madre, y ésta le dijo:
- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364
noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un
día más?
Y el hijo contestó:
- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que
me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar
conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor,
pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es
capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi, Amor, ¿verdad
madre?
Cuando estás en una
relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de
sufrimiento, el otro no lo hace es, porque todo se ha terminado.
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