jueves, 5 de abril de 2012

Diario de Victor: Febrero


Febrero: El deseo de ser especial

Muchas relaciones se orientan hacia la búsqueda de alguien especial, alguien que sea capaz de hacer que uno mismo se sienta especial, sin caer en la cuenta de que establecen una barrera al amor.

Lo que es diferente merece ser o bien defendido o bien atacado, según el ego lo interprete como querible o no. Esa es una grave fuente de sufrimiento en las relaciones en particular y en el mundo en general. Creerse más, o menos, que los demás, es sin duda una profunda falta de amor.

El concepto de especialidad” es una mala interpretación del mundo, pues sabemos que la separación es una ilusión. Las personas especiales o perfectas son una idealización de la mente separada. Eso no significa que alguien no pueda ser ideal para el otro, pero en ningún modo deja de ser lo que es: un hombre o una mujer. Y nada más que eso.

Si el ego solo ve un cuerpo y solo ve su doloroso pasado. Como el ego es incapaz de ver al otro, lo inventa, lo moldea a su semejanza o capricho. Lo idealiza con la vana esperanza de huir de la realidad. Lo suplanta con su fantasía del amor que no es tal.

Cuando conocí a Jodie, pensé que ella era una mujer especial. En realidad, esa afirmación implicaba dos autenticas fantasías: la de que yo no lo era y la de que ella podía darme algo que yo no tenía. Por aquel entonces, mi ego gobernaba mi vida, y este tipo de valoraciones eran frecuentes. Solía pensar que algo o alguien poseía la llave de mi felicidad Y entonces, yo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por conseguirla.

Me llevo un gran trabajo interior dejar de ponerme o bien por debajo o bien por encima de las personas que llegaban a mi vida. En cuanto deje de hacerlo, estuve listo para una relación entre iguales, no entre ego y ego, como había estado haciendo durante toda mi vida antes de Jodie.

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